Me formé en el ámbito de la salud con un objetivo muy claro: encontrar una manera diferente de tratar las patologías, evitando la cronificación tanto de las dolencias como de la medicación. Siempre he entendido que tomar medicamentos es necesario, pero no debería convertirse en una dependencia constante. Esta inquietud me llevó a buscar alternativas que trataran el cuerpo y la mente de una manera integral, preventiva y desde el origen.
Desde muy joven, me cautivó la cultura milenaria china y su visión única de la medicina. Los médicos no solo trataban la enfermedad, sino que trabajaban activamente para mantener la salud de sus pacientes. Recibían sus honorarios solo cuando los pacientes se mantenían sanos, una filosofía que refleja un profundo compromiso con la prevención. Esta medicina se basa en la observación minuciosa: del pulso, la lengua, la alimentación, los fluidos y las deposiciones, detectando cualquier cambio sutil para aplicar medidas correctivas antes de que apareciera la enfermedad.
